Una vez escuché a Enric Corbera, mi mentor en Bioneuroemoción®, decir la frase: «Cuando tu hermano esté en desgracia, únete a tu hermano y no a su desgracia». Esto puede aplicar prácticamente a cualquier situación, así que reflexionar al respecto me inspiró a escribir lo que comparto a continuación.
Cuando nos enteramos de que un familiar o una persona de nuestra comunidad está pasando por un momento difícil, por ejemplo una enfermedad, es normal sentirnos preocupados. Pero si solamente nos preocupamos, ¿nos damos cuenta de lo que estamos aportando a la situación?
No se trata de no preocuparse (en algunas situaciones puede ser muy difícil no hacerlo), pero si juntos podemos más, imaginen cuánto podemos contribuir si, de forma consciente, elegimos ver la inmensa fortaleza que hay dentro de esa persona, esa que todos tenemos.
De esta intención pueden surgir pensamientos como “esta persona es fuerte”, “sí puede salir adelante”, “es sana”, “puede hacerle frente a cualquier situación”, etc. que suman al bienestar.
Muchas veces nos preocupamos porque no sabemos cómo ayudar; en cambio, si elegimos otra manera, realmente estaremos contribuyendo a fortalecer a quien más lo necesita.
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