5 heridas del alma: Traición
- albapaulinaterapia
- 7 abr
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Esta herida aparece entre los 2 y los 4 años de edad, cuando el niño siente lastimada su confianza porque el padre del género opuesto al suyo no pudo cumplir las promesas que le hizo.
Esa expectativa no cumplida le afecta más adelante en sus relaciones de pareja, provocando que espere demasiado del otro y con facilidad sienta que le fallan.
Las personas con esta herida recurren al control para tratar de evitar una traición; se aseguran de mostrarse fieles y comprometidos para garantizar que los demás hagan lo mismo.
De esta manera, le dan mucha importancia a su reputación, mostrándose como personas responsables, y a su aspecto físico porque consideran que con una buena imagen son dignos de confianza.
Cuando las cosas no salen como las esperan, se vuelven agresivos y muestran su carácter fuerte para volver a establecer dominio sobre la situación. Necesitan trabajar su paciencia y tolerancia.
Tienen intensa actividad mental, pues se adelantan a las cosas con el fin de prevenir que algo se salga de control. Les cuesta trabajo delegar y confiar.
Cuando alguien pierde su confianza, no suelen dar una segunda oportunidad. Tampoco hablan de sus debilidades y tienen dificultad para asumir sus errores.
Todas las heridas se esconden bajo máscaras, pero el que las lleva no es consciente de ello hasta que algo se repite lo suficiente en su vida y se atreven a mirar adentro.
Las personas que tienen la herida de la traición no se dan cuenta de que al controlar y creer que no pueden confiar en nadie se traicionan a sí mismos, pues se impiden forjar relaciones auténticas, siendo vulnerables y permitiendo que sea la vida la que les demuestre que pueden fiarse de ella.

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